Uruapan, lugar donde todo florece, le da sentido a su nombre por ser propicio también en el desarrollo de artistas, tal es el caso del Maestro Benjamín García Duarte, que si bien es oriundo de Purépero, ha cursado prácticamente toda su vida en esta bella ciudad.

Pintor nato, que desde niño se sintió atraído por las artes, inicia formalmente sus estudios de pintura al conocer, de manera casual a Manuel Pérez Coronado – nuestro entrañable MAPECO – quien, al darse cuenta del interés del jóven Benjamín por la pintura, y descubrir su talento, le apoya no solo con clases, sino con trabajo; convirtiéndose entonces en su mecenas, maestro, promotor,  consejero y amigo hasta el último día de su vida.

Su prolífica obra va desde el Muralismo, que con una gran admiración hacia Orozco, Siqueiros y Rivera ha dejado su sello personal en varias Casas de la Cultura y Escuelas Primarias del Estado, a la pintura donde casi todos sus cuadros son búsqueda de forma, color y línea, sin llevar un solo estilo, mezclando muchos elementos y sin dejar espacios en blanco, trabajando el gran y mediano formato, hasta llegar a la escultura, donde la imaginación y creatividad se ponen de manifiesto creando con la “chatarra” verdaderas obras de arte.

 

Técnicas diversas como óleo sobre tela, óleo sobre macosel, óleo con espátula y óleo en fibracel dan forma a su propia concepción del surrealismo, del puntillismo e incluso del cubismo.

 Benjamín García Duarte, un ícono de la pintura en Michoacán, artista consagrado que hoy nos presenta una parte de su gran legado artístico.

 

 

M.H.A. Sylvia Anaya